El concepto de la adicción
Son muchas las personas que todavía ligan el
concepto de la adicción solamente a aquellos fenómenos que se manifiestan como
afecciones agudas y por lo general de larga duración, como secuelas del
continuo abuso en el consumo de sustancias toxicas. Se propone aquí principalmente
incluir también las primeras fases de la adicción, en las que una conducta “común”
y habitual de improviso puede convertirse en manía. La manía o afán constituye
una perturbación mucho mas común en la vida psíquica del hombre, de lo que
generalmente se supone (manía persecutoria, manía egoísta, manía por las modas,
afán de agradar, de dominar o de criticar). El grado de su efecto perjudicial
para la salud depende tanto de la intensidad de esta actitud maniática, como también
de la toxicidad de las diversas sustancias que producen adicción. Los fenómenos de
adicción, como la manía de la delgadez o la pasión por el juego, demuestran
bien a las claras, que de ninguna manera únicamente el abuso del alcohol, los
medicamentos o las drogas alucinógenas inducen procesos aniquiladores de la
existencia. La adicción de alguna manera puede servirse de cualquier medio
proveniente del ámbito sensorial y material. Todo puede convertirse en
"droga".
Sin duda, no resulta exagerado hablar de los
alcances epidémicos de la conducta de adicción en la civilización actual. Cada
uno de nosotros encontrara actitudes dentro de su propia vida habitual, que por
lo menos no puedan considerarse totalmente libres del carácter de adicción. Una
vez habría que hacer la prueba y renunciar durante un mes a una comodidad
acostumbrada o prescindir de algún goce habitual, sin sustituir simplemente el
objeto de la renuncia por otro. Resultara fácil convencerse de las dificultades
que presentan tales empresas. Las fuerzas que debemos poner en juego son
considerables. Muy pronto advertiremos nuestras limitaciones, nuestras
restricciones y allí donde suponíamos poder acceder en todo momento a un amplio
campo de libertades, a los pocos pasos ya tropezamos con obstáculos invencibles.
Peer de
Smit, extraido de la revista “Actualidades Weleda”